lunes, 29 de abril de 2013

AGUA: organización y orden


Un viaje reciente permitió conocer la experiencia de Holanda en la gestión del agua. Los nativos de este país afirman que Dios hizo al mundo y que los holandeses hicieron Holanda. Una muy larga tradición de los también llamados Países Bajos buscando ganar terreno al mar y evitar que este, al sobrepasar los diques, generara daños están a la base de ese orgullo. Un país con tierras muy planas y con abundante agua ha permitido el desarrollo de una excelente agricultura, basada en el manejo del agua. Pero, además de su descollante ingeniería es conocido también el desarrollo urbanístico, social y cultural de este pequeño país europeo.


En materia de agua, ese portentoso avance solo puede explicarse por la organización de agricultores y pobladores. Las organizaciones allí manejan con mucho ingenio el agua de canales de drenaje que, cuando las lluvias escasean sirven también para el riego. Esas organizaciones se llaman Waterschap y en los últimos años su número se ha reducido, buscando un manejo más amplio de la cuencas o subcuencas. En base a ese enfoque, pero también aplicando la Directiva Marco de la Unión Europea sobre el agua, ahora están tratando de adaptarse al cambio climático y en vez de pelear con la crecida de los ríos, reforzando sus diques, permiten que en épocas de abundancia los ríos inunden las áreas contiguas. Son conscientes de que ese fenómeno mundial está elevando el nivel de las aguas del mar.

La reflexión que podemos hacer de tales experiencias puede resumirse en una palabra: organización. Solo la organización ha permitido ese desarrollo de un pequeño gran país. La organización para el uso y la gestión del agua permitió el desarrollo de su agricultura, sus ciudades y su cultura. Ello los ha llevado a organizar y ordenar distintos aspectos de la vida social.

En el Perú estamos intentando ordenar la gestión del agua en base a las cuencas. Hasta el momento se han organizado cuatro consejos de recursos hídricos de cuenca, pero se requieren más. Ellos deberían ser los espacios en los cuales los distintos usuarios (que finalmente somos todos) nos pongamos de acuerdo en cómo usamos el agua, pero también en cómo la cuidamos, preservamos su cantidad y calidad para las futuras generaciones. Es bueno que el Estado las impulse, pero sería mejor si también se alienta que se organicen desde abajo, desde las subcuencas. Así serán más sostenibles, ojalá como en Holanda.

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